El Socialista 339 - Agosto de 2008

Editorial

¡La primera fase de la consulta ha concluido y el  NO fue contundente!

Aunque los organizadores anunciaron el doble de participantes, hay que señalar que el número fue muy significativo, a pesar de las descalificaciones de personajes como la panista Secretaria de Energía, Georgina Kessel y toda la campaña oficial montada en contra.

Sin embargo, hay que decir que la crisis perredista impactó en la organización de la consulta, ya que fue sólo un sector, el más activo de ese partido, el que se volcó a promoverla, mientras otro se dedicó a sabotearla abiertamente. Pesó la reciente crisis en la elección interna del partido del sol azteca, factor que pudo haber generado desconfianza en un sector importante de la sociedad.

A pesar de lo anterior, la consulta resultó positiva en esta primera fase, y deberemos impulsarla aún con más fuerza  en las dos fechas que quedan por delante.

El POS, desde que se anunció la consulta fijó claramente su posición: es un avance democrático, producto de años de luchas. Pero también advertimos que la consulta por sí misma no detendría la reforma petrolera y que sólo la movilización y organización del pueblo podría parar la embestida privatizadora.

El momento ha llegado. Ahora hay que defender nuestra voz. Hoy debemos rechazar a quienes aún llaman a confiar en las instituciones de la clase burguesa, en las Cámaras de Diputados y Senadores. Hoy, hay quienes señalan que los legisladores deberán tomar en cuenta todas las voces antes de emitir una opinión.

Estas aseveraciones revelan dos hechos: primero, que al no estar reconocida la figura de referéndum vinculante como un derecho constitucional, los resultados son un mero elemento al que cada legislador decidirá qué peso le da; aquellos que consideren mucho más importante la opinión de los empresarios que la de millones de ciudadanos, desecharán los resultados tranquilamente. En segundo lugar, se revela un gran desprecio hacia la población, ya que quienes así opinan, creen que las y los ciudadanos no sabemos que la enorme mayoría de los legisladores responderán a los intereses del gran capital, ese que se lame los bigotes ante el gran pastel que representa PEMEX.

En un país realmente democrático ya no habría nada qué discutir. Simplemente la “reforma” calderonista y la priísta pasarían al olvido. Pero al no ser esta la situación entonces debemos exigir que los resultados se respeten. Ha llegado el momento de preparar grandes movilizaciones, de salir a las calles, de organizar mítines, asambleas, brigadas informativas a las fábricas, escuelas, mercados y todos aquellos espacios en los que la clase trabajadora se reúne.

Es momento de preparar el paro nacional, de detener la economía durante un día entero, al menos, ya que la historia nos ha enseñado que los capitalistas sólo se detienen cuando ven amenazados sus intereses, y la única que puede hacerlo es la clase trabajadora.

Hay que callar a los panistas y priístas que no se cansaron de descalificar la consulta, argumentando que el pueblo nada tiene que opinar, ya que nada conoce del tema. Es momento de darle una lección a los perredistas, como Graco Ramírez, que pretenden plantear una reforma conjunta con el PAN y el PRI.

Hoy es momento de que la clase trabajadora golpeé como si fuera un solo puño, es momento de decirle a Calderón, ahora en las calles, que PEMEX NO se vende.

 

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