El Socialista 340 - Septiembre de 2008

Editorial

La inseguridad y la carestía evidencian el fracaso de Calderón
La respuesta no es la militarización

 

Calderón ha fracasado. El encarecimiento de la gasolina, de la canasta básica y de alimentos en general, en contraste con el desempleo, las condiciones laborales deplorables y salarios paupérrimos, son muestra de la ineptitud del panista.

A esto se suma la escalada de violencia, ejecuciones, secuestros y el terrible atentado en Morelia, en el que las víctimas son personas inocentes, trabajadores y trabajadoras que sólo buscaban pasar un buen rato. El presidente que iba a combatir la inseguridad resultó un fiasco. Los cárteles han respondido a la militarización con más violencia, ahora, atacando a inocentes.

En el discurso que ofreció tras las explosiones en Morelia, Calderón llamó a la unidad, afirmando que todos aquellos que no estemos de acuerdo con su cruzada contra la inseguridad, seremos traidores. ¿Qué esconden estas palabras? ¿Acaso la amenaza velada a quienes disentimos de sus tonterías? No tenemos porque hacer unidad con quien ha demostrado ser inútil para gobernar al país. No tenemos porque seguir a quien ha generado un clima de inseguridad jamás visto, que ha incrementado el precio de la gasolina y la tortilla y que ha solapado a las empresas para violar derechos laborales a diestra y siniestra.

Hay millones de mexicanos que no están dispuestos a hacer unidad con el gobierno calderonista. El magisterio, que ha remontado la lucha contra Elba Esther y el gobierno que la respalda, seguramente no aceptará la propuesta presidencial, porque saben que las peores injusticias y los golpes más duros han sido lanzados desde Los Pinos. El gobierno, es el mayor generador de violencia. Violentó a los maestros en Oaxaca, a los pobladores de Atenco y a los estudiantes a través del último ataque porril a Ciudad Universitaria.

Gobernadores, legisladores, secretarios, politiquillos en general, son todos cómplices del crimen organizado, sea porque saben de las actividades de estos grupos y deciden cerrar los ojos, sea porque se benefician económicamente con los sobornos y dádivas del narcotráfico, o bien, porque están involucrados de manera directa en actividades ilícitas. ¿Es posible que Leonel Godoy no supiera que algo así podía suceder? Claro que no, pero su gobierno está infiltrado por lo cárteles y sicarios que les sirven. El crecimiento de grupos como La Familia sólo se explica a partir de la complicidad con funcionarios de gobierno.

Ante este panorama, los trabajadores tenemos dos salidas. Sentarnos a observar como crecen la inseguridad y la carestía, o bien organizarnos.

Generar la discusión en la escuela, en el trabajo, en la colonia. Discutir que podemos hacer para salvaguardarnos de la inseguridad, organizarnos para acompañarnos al trabajo o a la escuela. Solidarizarnos con luchas como la del magisterio, que busca devolver la dignidad arrebatada a nuestro país. Organizarnos para sacar a los porros de la escuela.

La organización del pueblo es la respuesta a los grandes problemas que hoy aquejan al país.

 

 

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