Crítica y autocrítica necesarias para definir el rumbo hacia triunfo
Porque los electricistas merecen triunfar, es momento de corregir y reforzar la lucha
Comité Ejecutivo del POS
Son más de 17 mil electricistas que se mantienen resistiendo dignamente sin aceptar la liquidación ofrecida por el gobierno de Calderón, todos ellos merecen nuestro respeto y admiración, y en aras de contribuir al fortalecimiento de la lucha nos atrevemos a expresar las siguientes críticas constructivas y propuestas de acción.
Lo hacemos en un momento que consideramos de gravedad luego de que a más de seis meses de iniciado el conflicto, el tiempo ha hecho su labor a favor del gobierno provocando desgaste y desmoralización; también se han cometido errores en la conducción del movimiento y a un importante grupo de organizaciones que se dicen independientes les cabe la responsabilidad de haber dejado a los electricistas abandonados a su suerte.
Sin embargo, también es el peor momento del gobierno de Calderón, el más complicado, el de mayor cuestionamiento y aislamiento luego de los nulos resultados en su “guerra” contra el narco y con los terribles efectos de la crisis económica, entre tantas barbaridades atribuibles a su desgobierno.
Es en este contexto que el SME ha decidido instalar una huelga de hambre en el Zócalo de la ciudad de México y nuestra opinión, coincidiendo con el SME, que en un desplegado fechado el 25 de abril pasado, afirma que los electricistas ponen su vida para recuperar su contrato colectivo, sus empleos y sus jubilaciones dignas, además de repudiar la represión y persecución del gobierno y las instituciones de este régimen patronal.
Opinamos que una acción de esa envergadura, para mejor lograr sus objetivos y sacar avante al movimiento, requiere de la participación más democrática de los trabajadores, que la base esté involucrada en la decisión sobre su levantamiento, cuando se consideren satisfechas las demandas de la huelga de hambre implicará que los propios trabajadores toman en sus manos tamaña responsabilidad y habrá mayor seguridad de mantener cohesionado y con una alta moral al movimiento. Con esto se evitará cometer errores como el levantamiento de acciones anteriores con la decisión sólo de los dirigentes o con promesas de Gobernación que no se cumplirían, que entre los compañeros generan molestia y desánimo.
Hacemos las siguientes propuestas para reforzar el movimiento, comprometidos primeramente a involucrarnos activamente con nuestras modestas fuerzas:
- Convoquemos los electricistas, junto con otros trabajadores y estudiantes a los trabajadores afiliados a la UNT, llamándolos a unirse a las movilizaciones del SME. Se debe presionar a las direcciones de estos sindicatos que se autodenominan democráticas y que hasta la fecha sólo se han comprometido de palabra, pero que no acudieron al llamado de acompañar al SME en la huelga del 16 de marzo. Equivocadamente se confió sólo en los dirigentes, ahora hay que apostar a las bases.
- Reconstruyamos la Asamblea Nacional de Resistencia Popular estableciendo un funcionamiento basado en la discusión amplia y democrática, en las que las organizaciones grandes y pequeñas tengamos la oportunidad de discutir y verter propuestas y practicar la sana crítica y autocrítica.
- Para evitar que la Suprema Corte de Justicia legalice el golpe al SME, es fundamental que la huelga de hambre sirva para convocar a los electricistas y a otros trabajadores, jóvenes, colonos, campesinos, defensores de derechos humanos, etc. a una gran movilización nacional, un cerco multitudinario a la sede del llamado Máximo Tribunal de la Nación, con el objetivo de que los ministros resuelvan a favor de los trabajadores, a favor de la razón que les asiste. Para lograr la participación más amplia y mejor organizada de la gente, es necesario hacer un llamado abierto y claro, para lograr la movilización multitudinaria que haga imposible al gobierno y su policía detener nuestra acción de fuerza. A diferencia de otras ocasiones en las que el llamado “factor sorpresa” se ha vuelto en nuestra contra desorganizándonos y confundiéndonos.
- Finalmente pero no menos importante, pugnemos por hermanar la lucha del SME con otros sectores que están luchando muy decididamente contra el gobierno y sus patrones, como los profesores democráticos de la CNTE, los mineros, los movimientos por la libertad de los presos políticos, etcétera. Que sea esta unidad en la acción la base para conformar un Frente Nacional de Lucha que fortalezca a todos los sectores que hoy están levantando su voz.
Pensamos que con estas medidas podemos inyectar vitalidad al movimiento y contribuir a su triunfo. Nuevamente confirmamos, estamos con el SME hasta sus últimas consecuencias. ¡Qué los electricistas resistan un día más que Calderón!
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