Enrique Peña Nieto quiere acabar con PEMEX
¡No lo permitamos!
La industria petrolera nacional, pilar fundamental de la economía de nuestro país, que aporta importantes recursos a las finanzas del Estado mexicano, está en serio riesgo si Enrique Peña Nieto gana la presidencia, pues el priísta, de llegar, tiene planeado abrir PEMEX al sector privado. Al presentar su proyecto económico consistente en 10 puntos para detonar el crecimiento, señaló que entre sus objetivos, está el establecer alianzas estratégicas con la iniciativa privada para hacer que la paraestatal “apalanque de manera más acelerada y contundente el crecimiento económico de México”1.
Los dos primeros puntos de su proyecto contemplan mantener la estabilidad macroeconómica, y fomentar la competencia, lo que quiere decir más de lo mismo para los trabajadores: bajos salarios, flexibilidad laboral, cero sindicalización, más desempleo, inseguridad, menos servicios de salud. El tercer punto consiste en “impulsar reformas en el país que permitan la inversión del sector en PEMEX, principalmente para la exploración, explotación y refinación”.2 Es sabido que desde Miguel de la Madrid, existe una ofensiva en contra de la paraestatal, que ha significado la reducción de los productos que integraban la petroquímica básica reservada exclusivamente al Estado, pasando de 70 a 8 productos, lo que ha beneficiado a la iniciativa privada nacional y extranjera, quienes han podido hacer negocio con estos productos. El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que firmará Salinas en 1994, contiene compromisos de privatizar el petróleo, por lo que se han aprobado contrarreformas a la Ley de Energía para cumplir este propósito.
El Artículo 27 constitucional dice que: “Corresponde a la nación […] el petróleo y todos los carburos de hidrógeno sólidos, líquido o gaseoso […]”. Pero sus dueños de facto han sido los distintos gobernantes, quienes han permitido el saqueo y el desmantelamiento de la empresa, junto con los líderes del sindicato petrolero, como Carlos Romero Deschamps, quien ha acumulado una cuantiosa fortuna a lo largo de 19 años al frente del gremio. Este antidemocrático personaje está en las listas plurinominales del PRI para ocupar el cargo de senador, a pesar de que en su momento fue acusado de peculado electoral por 1,500 millones de pesos en aportaciones del sindicato a favor de la campaña de Labastida Ochoa, caso que fue conocido en su momento como el pemexgate.3
Los mexicanos lejos estamos de ser los beneficiarios directos de la industria petrolera, y Peña Nieto continuará el despojo de nuestro patrimonio, a través del proceso privatizador, que ha reducido de 200 mil trabajadores existentes en 1981, a contar ahora con menos de la mitad, debido a la subcontratación de empleados de empresas privadas nacionales y extranjeras.
¡No más engaños! Peña Nieto es representante de los ricos y poderosos, tanto nacionales como extranjeros. Los trabajadores tenemos historia y la simbólica empresa petrolera nacional, producto de una digna lucha, es y debe ser para el pueblo trabajador. ¡Exijamos una auditoria pública a la empresa y a los caciques petroleros! Pemex debe mantenerse como una empresa estatal, bajo el control democrático de sus trabajadores.
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1.http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=619068
2. http://www.eluniversal.com.mx/notas/841954.html
3. http://www.proceso.com.mx/?p=304311
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