Un
episodio de telenovela (en paños menores) que da pena ajena
El
domingo 10 de diciembre fue convocada por la APPO una marcha que exigía
de la salida de Ulises Ruiz (URO) y la libertad a los presos políticos.
En
el Consejo Estatal de la APPO hubo un debate sobre quién debía
encabezar la manifestación. Para unos, debía hacerlo
el PRD-Frente Amplio Progresista (FAP) [1]
, como muestra de agradecimiento al hecho de que se sumaran a la lucha
contra el gobernador. Para otros, al frente debían ir los familiares
de los presos, desaparecidos y fallecidos a lo largo de estas confrontaciones.
Finalmente (pero no fácilmente) ganaron los segundos.
Y
es que no era una cosa menor. Como bien alertaron algunos miembros
de la APPO, el PRD quería montarse sobre la justa demanda del
pueblo oaxaqueño después de haber militado contra el
movimiento o de haber guardado un silencio cómplice ante las
arbitrariedades de URO.
Llegó
a la marcha el presidente nacional del PRD, Leonel Cota Montaño,
a encabezar la columna de su partido. También llegaron otros
personajes oportunistas arropados por su combatividad de épocas
pasadas, como la hoy senadora Rosario Ibarra. Parecía que el
PRD rectificaría su anterior política contra el movimiento.
Hasta que…
El
mismo día de la marcha apareció un desplegado en los
periódicos estatales y en varios de circulación nacional.
En éste, el PRD estatal se deslindaba del PRD nacional. El
Comité Ejecutivo Estatal descalificaba el respaldo otorgado
por el Comité Ejecutivo Nacional a la APPO.
Ante
estos hechos, Cota salió rabiosamente a declarar que se expulsaría
a aquellos militantes que no impulsaran la salida de URO. [2]
El vocero del PRD, Fernández Noroña señaló
que "el desplegado acredita la mano de Ulises Ruiz, ¿De
dónde sacaron el dinero para pagarlo? Los responsables de ese
desplegado están absolutamente al servicio del Gobierno del
estado y tendrán que ser tratados como tal, dijo [3]
.
Fernández
Noroña "incluso reveló que dos días antes
de la marcha, una delegación de líderes oaxaqueños
perredistas se reunió con el secretario general de su partido
para exigirle que se abstuvieran de sumarse a la movilización
que exigió la salida del gobernador Ulises Ruiz."[4]
Durante
algunos días, los medios de comunicación buscaron al
presidente del Comité Ejecutivo Estatal del PRD, Tomás
Basaldú, para pedirle explicaciones. No se le encontraba por
ninguna parte y había estado ausente en la marcha de ese domingo.
Finalmente,
un reportero logró encontrarlo:
"[Basaldú]
identificó a los autores del desplegado, con el que buscaban
confrontar al perredismo oaxaqueño con su dirigencia nacional.
'No voy a hacer públicos los nombres de los compañeros,
todos miembros del Comité Ejecutivo Estatal, que redactaron
y pagaron ese desplegado (...)
"Aseguró que por estar 'enfermo', no participó
en la marcha popular del domingo pasado."[5]
De
esta forma, buscaba lavarse la cara y salvar su cargo, cuando para
todo mundo quedaba en evidencia su complicidad con la publicación
de ese desplegado.
Sin
embargo, tal y como se presentó el episodio, pareciera que
"de repente", se presentó esta fractura entre la
dirigencia estatal y la nacional. Pero no fue así. Veamos.
Iniciado
el conflicto, AMLO y el PRD lo ignoraron
Cuando
inició el conflicto oaxaqueño, con el plantón
de maestros en el Zócalo de la ciudad de Oaxaca, la campaña
presidencial estaba entrando a su etapa más intensa. Cuando
URO intentó desalojar a los maestros el día 14 de junio,
ni AMLO ni el PRD condenaron el intento.
Un
día después de estos hechos, AMLO los ignoró.
Estaba en Tijuana y dedicó su intervención en el templete
para postularse como buen amigo de los empresarios:
"Quiero
aprovechar para mandar un mensaje respetuoso a los empresarios de
nuestro país. Quiero llamar a todo el sector empresarial para
que, en un marco de concordia, podamos hacer el compromiso de trabajar
juntos en bien del país. Todo indica que vamos a ganar la elección.
Y quiero aprovechar para llamar respetuosamente a los empresarios
a que trabajemos juntos, en armonía."[6]
El
16 de junio se realizó la tercera mega marcha. AMLO no dedicó
ni una sola línea de su discurso a esta memorable movilización.
Con su habitual aire triunfalista, evaluó que lo más
importante era declarar que ganaría las elecciones.
"Ya
están teniendo que reconocer que efectivamente estamos arriba
en la intención del voto. Ahora ya lo están reconociendo,
qué bueno que así sea, qué bueno que haya capacidad
para rectificar. Nada más que no estamos arriba por dos o tres
puntos, nosotros tenemos encuestas y estamos 10 puntos arriba de los
otros candidatos. No le han quitado ni una pluma a nuestro gallo.
¡Vamos a ganar!"[7]
Pasó
el 2 de julio. Después de una dura campaña oficial y
gubernamental en su contra, López Obrador perdía oficialmente
la elección presidencial. Así, iniciaría él
y su partido una campaña por exigir el recuento de los votos.
Es lo único sobre lo que hablarían.
El
17 de julio, el gobierno estatal canceló la realización
del festival de la Guelaguetza. Una semana después, las masas
movilizadas organizarían una Guelaguetza popular, arrebatando
al gobierno la realización de un festejo tradicional. López
Obrador y el PRD seguirían sin darle importancia a Oaxaca.
El
1 de agosto cientos de mujeres rebeldes marcharon por las calles y
ocuparon instalaciones de radio y televisión. Esa noche, durante
la asamblea informativa que diariamente realizaba en el plantón
que organizó en Reforma, AMLO equiparó la decisión
que habrían de tomar los magistrados del TEPJF [8]
(respecto a si se daba o nel recuento de votos), con momentos históricos
como la nacionalización de la industria petrolera.
Al
llegar Oaxaca al Senado, el PRD se ve obligado a posicionarse
El
27 de julio, los maestros de la sección 22 del SNTE y las organizaciones
agrupadas en la APPO, presentaron ante el Congreso de la Unión
la solicitud de desaparición de poderes en Oaxaca.
Es
hasta que el debate sobre la renuncia de URO llega al Senado, cuando
el PRD se ve obligado a posicionarse. Su postura inicial fue ganar
tiempo, retrasando el debate, en complicidad con el PRI y el PAN.
"Una
comisión de legisladores, entre ellos el senador Abel López
del PRI; los diputados Eliana García, del PRD, y Tomás
Trueba, del PAN, recibieron a una comisión del magisterio y
manifestaron que 'aunque ya se turnó la solicitud a la Comisión
de Gobernación, quedará pendiente de resolución
para la nueva legislatura que entra en septiembre próximo'."[9]
Mientras
tanto, AMLO seguía en lo suyo. La noche del quince de septiembre
hubo tres gritos de independencia relevantes: el de Fox, el de AMLO,
y el organizado por las masas movilizadas en Oaxaca. El discurso de
López Obrador, una vez más, omitió referirse
a insurrección sureña.
Ya
a finales de septiembre, cuando la lucha oaxaqueña estaba en
su esplendor, el PRD, presionado, impulsa la desaparición de
poderes en Oaxaca y exige la renuncia de URO. Presionado por la magnitud
de las movilizaciones en Oaxaca y por la maniobra de la Secretaría
de Gobernación de trasladar la solución del conflicto
al Senado, el PRD se ve obligado a fijar postura. Ya tenía
casi un mes de haber entrado en funciones la nueva legislatura en
el Senado de la República. Pero su posición daba mucho
que desear:
"Una
salida a ese problema [el de Oaxaca], dijo [el senador perredista
Ricardo Monreal], es que 'URO solicite licencia por tiempo determinado,
y luego la vuelva a renovar hasta que presente su solicitud por tiempo
indefinido y el PRI continúe gobernando la entidad. Esa podría
ser una solución'.", dijo.[10]
Es
decir, para el PRD, no había ningún problema en que
URO saliera provisionalmente del gobierno oaxaqueño y siguiera
el PRI haciéndose cargo de esa gobernación. Para el
PRD era cosa de quitar una cabeza sin importar que fuera el mismo
aparato priísta, corrupto y putrefacto, el que tuviera el control
de Oaxaca: "esa podría ser una solución",
propuso. Para este partido, todo era cosa de forma, no de fondo. Como
si URO y el PRI fueran cosas distintas.
El
30 de septiembre, helicópteros de la Armada de México
sobrevolaron Oaxaca. Se amenazaba con el uso del Ejército para
reprimir al movimiento. Es hasta que se da este hecho, que AMLO toma
una posición sobre el conflicto:
"Sostengo
que no debe utilizarse la fuerza pública, que no se va a solucionar
nada utilizando la violencia; creo que lo que hicieron ayer es un
acto de intimidación reprobable, no debe el gobierno actuar
de esa manera. (...) No es posible que por la alianza entre el PAN
y las cúpulas del PRI, por sostener a un gobernador cacique,
corrupto, se reprima al pueblo de Oaxaca. Nosotros no vamos de ninguna
manera a aceptar que se utilice la fuerza en esa entidad."[11]
Esta
posición de AMLO fue hecha, en realidad, para satisfacer a
"la galería", porque la verdadera posición
del PRD ya la habían tomado los gobernadores de este partido
ese mes, cuando expresamente se manifestaron, junto con sus pares
del PAN y el PRI, por mantener a URO en la gobernación, como
veremos más adelante.
Una
lógica oportunista
Vemos
como, obligado por las circunstancias, el PRD tuvo que sumarse a la
demanda de la salida de URO. Tuvo una posición abstencionista
(que en los hechos daba oxígeno a URO) durante casi cinco meses.
Fue hasta que se observó que el gobierno federal barajaba la
posibilidad de usar a las fuerzas armadas para reprimir al pueblo,
cuando este partido se vio obligado a repudiar ese hecho. Lo hizo
cuando evaluó que el costo político de no hacerlo sería
enorme.
Y
esta ha sido la tónica de la actuación del PRD frente
a los principales hechos de la lucha de clases de los últimos
años: arropar una demanda sólo hasta que es claro que
la opinión pública los obliga a ello y la pérdida
de votos de su "base social" (que los ubica como de "izquierda")
sería inminente de no hacerlo. El PRD es un partido burgués
cuyo nicho de mercado está localizado en las demandas más
"de izquierda" que los otros partidos burgueses no cubren.
Visualizando
esto, queda clara la participación de dirigentes perredistas
en marchas como la del domingo 10 de diciembre. Se acercan las elecciones
municipales y este partido evaluó necesario capitalizar en
su favor el descontento generado hacia URO. Queriendo ganar votos,
se plegó hacia una posición política a la que
había rehuido en los meses anteriores.
Además,
era una presión insoportable para el perredismo. La PFP había
entrado a Oaxaca el 30 de octubre y crecían las agresiones
contra el movimiento. A mediados de noviembre se da el viraje, explicado
así por el secretario general del CEN del PRD Guadalupe Acosta
Naranjo, en manifestación realizada en Juchitán.
"El
PRD a nivel nacional desea incorporarse de manera plena a esta lucha.
Hemos decidido manifestar nuestro respaldo a la demanda de salida
de Ulises Ruiz; si antes no lo hacíamos era porque iban a decir
que estábamos tratando de manipular el movimiento, de aprovecharlo,
pero ante la sinvergüenzada del PRI y del PAN de no entender
que cientos de miles de oaxaqueños se han movilizado, hemos
decidido correr los riesgos y participar en acciones directas."[12]
Son
declaraciones mentirosas. No es que el PRD no haya hecho nada antes
para no ser acusado de manipular al pueblo insurrecto. La realidad
es que el PRD en Juchitán, por ejemplo, apoyó siempre
a URO. A principios de septiembre, el alcalde de esta ciudad, perredista,
le ofreció a URO que lo recibiría, junto con los representantes
de los otros poderes, para hacer una gran ceremonia pública
cívica. No pudieron hacerlo porque el magisterio resolvió
impedirlo.
PRD
estatal y PRD nacional, expresiones de una misma política
A
nivel estatal, el PRD jugó el papel de dique contra las movilizaciones
para tirar al gobernador.
En
el Istmo de Tehuantepec, el PRD a través de la Coalición
Obrera Campesina Estudiantil del Istmo (COCEI), se dedicó a
inmovilizar a la población. De esta forma, amarrados por compromisos
políticos y otros, se negaban a impulsar la lucha. En el congreso
local, los diputados del PRD apoyaron una declaración que apoyaba
el uso de la fuerza pública contra el movimiento. Los mismos
diputados aprobaron una seudo reforma electoral junto con los legisladores
priístas, para que no se dijera que URO no es demócrata.
Las
propias corrientes perredistas al interior de la Sección XXII
(como Praxis), eran las que desde iniciada la huelga magisterial pugnaban
porque ésta se levantara lo más pronto posible. Ellos
se coludieron con Enrique Rueda Pacheco para impulsar el regreso a
clases el 7 de julio y salvar el cuello del gobernador.
Mientras
tanto, a nivel nacional el PRD tenía una política esquizofrénica.
En el Senado repudiaba a URO, pero los gobernadores perredistas lo
respaldaban, tal y como ocurrió en la XXIX reunión de
la CONAGO [13] . En dicha sesión,
por unanimidad, los 29 mandatarios que acudieron (obviamente incluyendo
los del PRD) externaron su "respaldo al Gobierno y al pueblo
de Oaxaca para que desarrolle su vida institucional en paz y bajo
el imperio de la ley"[14].
Más
aún, dicho apoyo contenía la siguiente declaración
de la CONAGO (de la que la dirigencia perredista nunca se deslindó),
donde se exhortaba al Gobierno federal y al Senado:
"A
actuar con estricto apego a derecho contra todo propósito desestabilizador,
que por la vía directa pretenda lesionar el orden constitucional
de un gobierno erigido en elecciones libres, directas, legales y democráticas
y a preservar con el uso riguroso de la ley y los instrumentos del
Estado y del derecho, y del buen Gobierno, el orden legal y la tranquilidad
social."[15]
Fue
un llamado a reprimir al pueblo, al que los gobernadores del PRD se
sumaron.
El
PRD estatal era coherente con los planteamientos del PRD nacional.
Ambas expresiones tenían como origen la misma posición
de apoyar, en los hechos, a URO.
No
es que durante meses, la dirección estatal y nacional hayan
estado en continuo enfrentamiento. Cuando el CEN da el viraje político,
el CEE mantiene un curso inercial congruente con la actuación
del PRD a lo largo de todo el conflicto. Es decir, la expresión
estatal no fue capaz de plegarse al viraje de la expresión
nacional. Y no era sólo cuestión de voluntades. Tiene
que ver con que el perredismo oaxaqueño está seriamente
comprometido con el gobernador y le era imposible pasar de la posición
de amigo a la de enemigo.
La
actual tragicomedia entre ambas instancias de dirección del
perredismo es sólo producto del estado de putrefacción
en que ha estado sumergido este partido desde hace ya considerable
tiempo. Su funesta actuación a lo largo de todo el conflicto
únicamente revela con brutal relieve la imperiosa necesidad
de crear una organización política de los explotados
y oprimidos de este país. Una opción revolucionaria
que no sea una maquinaria electoral, sino un tejido de revolucionarios
insertados y surgidos en las luchas de las masas que eviten a toda
cosa que direcciones como la perredista pretendan traicionar o montarse
en las justas y heroicas batallas del pueblo.
[1]
Coalición de los partidos politicos que en la pasada elección
presidencial, lanzaron a Andrés Manuel López Obrador.
Está formada por el Partido de la Revolución Democrática
(PRD), Partido del Trabajo (PT) y Convergencia.
[2] VÉLEZ, Octavio y BRACAMONTES, Reynaldo. Expulsarán
a perredistas oaxaqueños por traición. En Noticias.
Oaxaca, México, 11 de diciembre de 2006.
[3] AGUIRRE, Alberto. "Preparan sanciones a comité",
Reforma, 12.12.2006.
[4] Ídem.
[5] BRACAMONTES, Reynaldo. Basaldú identifica a supuestos traidores.
El Noticias. Oaxaca, México, 14 de diciembre de 2006.
[6] GARDUÑO, Roberto. López Obrador llama a empresarios
a sumarse a la reconstrucción del país. La Jornada.
15 de junio de 2006.
[7] López Obrador pide a empresarios respetar el resultado
de la elección. La Jornada. 16 de junio de 2006.
[8] Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
[9] BALLINAS, Victor y AVILES, Karina. Delegan a la próxima
legislatura la eventual destitución de Ulises Ruiz. La Jornada.
3 de agosto de 2006.
[10] BALLINAS, Victor. El Senado en modo alguno atraerá el
problema: Beltrones. La Jornada. 26 de septiembre de 2006.
[11] LÓPEZ, René Alberto. "Actitudes fascistoides",
los sobrevuelos en Oaxaca: AMLO. La Jornada. 2 de octubre de 2006.
[12] IZQUIERDO, Martha. Marchan perredistas y anuncian bloqueos para
exigir salida de Ulises. El Noticias. Oaxaca, 13 de noviembre de 2006.
[13] Conferencia Nacional de Gobernadores.
[14] LÓPEZ, Mayolo y SALAZAR, Claudia. Gana Ulises Ruiz respaldo
de Conago. Reforma. 12 de septiembre de 2006.
[15] Ídem.