El
"gobierno" de Ulises Ruiz y las autoridades federales, encabezadas
por el propio Vicente Fox, menospreciaron el movimiento oaxaqueño,
afirmando que se trataba de un conflicto circunscrito a unas cuantas
zonas de la capital del estado. En realidad, la lucha se extendió
desde las calles y barrios del conjunto de la ciudad hasta las comunidades
más lejanas de las siete regiones del estado. Las páginas
de El Socialista reflejaron esta característica de la lucha
popular. A continuación presentamos dos notas alusivas aparecidas
en el número 317 del periódico del Movimiento al Socialismo.
En la lucha por la caída de Ulises Ruiz, no sólo los
maestros o las organizaciones sindicales y sociales agrupadas en la
Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO) han tenido una participación
destacada. Un factor que ha sido determinante para el desarrollo del
movimiento es la participación de los colonos, amas de casa,
jóvenes y estudiantes, que también han descollado en
esta lucha por su enorme entrega y arrojo.
A
partir de las constantes agresiones de que han sido objeto los profesores
y la población, por parte de los llamados "escuadrones
de la muerte" (que no son otra cosa que agrupaciones policíacas
que han atacado a la población y destruido instalaciones tomadas
por los profesores, entre ellas, un par de radioemisoras), los colonos
se organizaron para colocar barricadas por toda la ciudad, las cuales
son instaladas a partir de las 10 de la noche, con el objetivo de
controlar los accesos a las colonias, para que ningún policía
o provocador tenga la posibilidad de actuar en contra de la población.
El
ambiente en las barricadas es de tensión, pero también
de entusiasmo. Con palos, piedras, llantas y vehículos se cierran
las calles para impedir el paso, y los colonos se preparan para vigilar
los puntos de control.
Los
niños juegan en las calles mientras los adultos se agrupan
en torno a las fogatas para aguantar el frío de la noche. Cuando
un vehículo intenta pasar, es detenido por los colonos, que
les indican a los conductores que no es posible acceder, por lo que
les piden que se retiren. O bien, le permiten el paso.
La
radio es un elemento fundamental para mantener comunicados a los colonos,
pues todos los que participan en las barricadas se reportan a la radio
cuando se presenta alguna dificultad. Ya sea en la colonia dolores,
en la Reforma, en la Av. Ferrocarril, en el ExMarquesado, en el periférico,
se escucha la radio encendida, que transmite los reportes de los vecinos.
Si un grupo de colonos llama pidiendo ayuda, rápidamente los
locutores solicitan el apoyo de otras guardias cercanas al punto de
conflicto. La gente en dificultades se reporta constantemente hasta
que recibe la ayuda de las colonias aledañas. Una vez que los
primeros rayos de luz iluminan la ciudad, los locutores hacen una
especie de recuento de los saldos de la jornada, a partir de los propios
reportes de las barricadas. Estos espacios radiofónicos también
se han convertido en lugares de denuncia, en donde pueden escuchar
las quejas en contra de Ulises Ruiz y las consignas de apoyo al movimiento.
Las
barricadas también han funcionado para detener a los delincuentes.
Ya son varios los que han sido aprehendidos y puestos a disposición
de la APPO, los llevan a una cárcel instalada en el kiosco
del zócalo de la ciudad.
Cada
noche en Oaxaca, la gente se mantiene despierta, vigilante, conciente
de que ahora son ellos los responsables de cuidar sus hogares y su
gente.