Pluma
No. 5 - Invierno 2006
En
los muros, en las calles, en los postes del alumbrado
público,
en mantas, en lonas, en los atrios de las iglesias, en las tradicionales
plazas… ahí quedó también plasmada la huella
de la lucha del pueblo oaxaqueño.
Oaxaca
se precia de tener entre sus hijos a varios de los más prestigiados
artistas de México. En la insurrección popular oaxaqueña
decenas sino cientos de artistas surgidos del propio movimiento, contribuyeron
con su maravilloso trabajo a darle color y forma a la rebelión.A
través de esténciles sobre muros y mantas, por medio de
instalaciones y ofrendas los artistas del movimiento, anónimos
los más, hicieron culto a la voluntad inquebrantable del pueblo
para resistir, le dieron voz a su hambre de justicia, rindieron su homenaje
a los caídos y gritaron su ira ante el asesinato de sus compañeros.En
las mantas quedaron plasmadas no únicamente las consignas del
movimiento; también las expresiones populares de un arte que
se ha heredado a través de generaciones. En
un acto de barbarie, las huestes priístas y la Policía
Federal Preventiva arrasaron con estas muestras de creatividad y libertad.
En estas páginas hacemos nuestra contribución en busca
de preservar la memoria de este trabajo artístico y, al mismo
tiempo, inestimable expresión de lucha.
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