Pluma No. 10, primavera de 2008 | |||
V. Algunas repercusiones políticas del declive del Imperio"Son numerosos los analistas de la situación internacional y los políticos burgueses que caracterizan una crisis en el liderazgo mundial del imperio norteamericano.” La derrota en Vietnam, era situada como el principal antecedente de esta situación; altos diplomáticos de la entonces Comunidad Europea se quejaban de la falta de liderazgo y de consistencia política de los norteamericanos; y hasta el nuevo peso de la opinión pública internacional era considerado como un grave factor de crisis por altos funcionarios del Departamento de Estado.” A lo anterior, escrito por el POS hace una década, podemos agregar lo que John Saxe-Fernández llama una “relativa declinación hegemónica estadounidense en las dimensiones económica, de tecnología civil, comercial y financiera.” “La ‘paz fría’ -dice este autor- significa la concreción de una verdadera ‘revolución geoestratégica’ en la que impera una creciente simetría multipolar en el terreno no-militar (entre EU, Europa, Japón y China)… “Ni en lo económico ni en lo estratégico-militar nos hallamos en un medio ambiente internacional que pudiera ser remotamente caracterizado por una ‘unipolaridad’ de EU…” Y dice que ésta también es la opinión, desde 1997, de un centro de estudios del Ejército de EU, al que cita: “La larga confrontación de la guerra fría entre las superpotencias está siendo reemplazada por un mundo de multipolaridad asimétrica en la cual una potencia –EUA- es mucho más fuerte. Pero las otras grandes potencias tienen considerable influencia en sus propias regiones. El mundo no es unipolar como se han imaginado algunos durante los primeros momentos de la posguerra fría.”(1). “Persiste el empate nuclear (nuclear stand off) en caso de guerra termonuclear”; tanto China como Rusia “tienen armas nucleares para infligir daños irreparables a EU.” Irak confirma la declinación y la potencia El hecho más claro de la decadencia del Imperio EU es su derrota en Irak (y su empantamiento en Afganistán), con lo cual queremos decir que sus objetivos al invadir este país no pudieron cumplirse: 1. Hacer una demostración mundial de fuerza militar y política, con el propósito de que el escarmiento por el que quería hacer pasar a los iraquíes hiciese retroceder las crecientes luchas antiimperialistas y objetivamente anticapitalistas de los pueblos de numerosos países. Lo que ocurrió fue una exhibición ante el planeta de su impotencia para someter a un país que tiene la octava parte de la población norteamericana, la mayoría de la cual estaba sumida en la pobreza. 2. Llevar a cabo una neo colonización del país árabe, en el sentido literal del término, es decir, controlar su economía y recursos naturales y manejar a capricho a sus gobernantes. Los enormes yacimientos de petróleo de Irak, entre los más importantes del mundo, le eran imprescindibles a EU para solucionar su crisis energética, y para mantener la inflación mundial bajo control y en general al sistema financiero global. Hoy prácticamente todos los fenómenos relevantes en el mundo, para ser explicados, tienen que ser referidos a la derrota de EU en el Golfo Pérsico. Las bravatas antiimperialistas de Hugo Chávez, la nueva emergencia económica y política de Rusia, la derrota de Israel en Líbano, la penetración económica y política de China en África, el que los norcoreanos mantengan sus bombas nucleares, el fracaso de la Ronda Doha, la aparición de Barak Obama en la escena estadounidense, con posibilidades de ser el siguiente presidente, etcétera, todos estos grandes hechos tienen que ver con la fallida aventura de EU en Irak. En lo que sigue, describiremos algunas de estas repercusiones políticas, sobre todo en regiones que nos son menos familiares y lejanas. El “arco de la crisis” En 1980, dice Jalife-Rahme, EU creó un Comando Central militar en la región medio-oriental y centro asiática para vigilar el océano Índico. Fue la construcción mayúscula de una presencia militar de Washington desde el mar Rojo hasta el Golfo Pérsico. A esta vasta región le llamaron los estrategas del presidente yanqui James Carter el “arco de la crisis”, porque súbitamente se enfrentaron a la revolución iraní y a sus repercusiones por todo el mundo islámico (1500 millones), a la revolución palestina, a la invasión soviética a Afganistán, a la ejecución del pronorteamericano Bhutto en Pakistán, a la Guerra de Ogaden entre Somalia y Etiopía, etcétera. Una de las políticas de los imperialistas tanto yanquis como ingleses fue fomentar el fundamentalismo islámico en detrimento de las corrientes marxistas y nacionalistas burguesas. Por ejemplo, los servicios británicos de inteligencia le entregaron al ayatollah Jomeini las listas de los militantes del PC iraní y de los izquierdistas, la mayoría de los cuales fueron ejecutados por la “revolución islámica”. Sembraron los vientos del fundametalismo islámico en Afganistán y Pakistán. Hoy, mucho de ello ha fracasado, ha sido contraproducente o está en vías de serlo. La revista británica especializada en temas militares De Defensa, dice: “27 años más tarde, Bush está a punto de sufrir una extraordinaria derrota estratégica, quizá en lo que será el principio del final para una política exterior expansionista de más de medio siglo.” Se refiere a perder la influencia sobre Pakistán, un país con bombas nucleares y 200 millones de habitantes, clave en la región. “La confianza [de EU] en Pervez Musharraf, el dictador paquistaní, dice, se ha evaporado”, luego de que Washington se la jugara con la señora Bhutto, también asesinada a finales de 2007. Mientras, los chinos, discretamente, “sin rodeos ni ruidos” se han acercado recientemente al sátrapa quien tiene en su poder nada menos que 100 bombas atómicas. Jim Lobe, uno de los analistas de esta región mejor informados, comenta que Bush “estaba tratando desesperadamente de contener nuevas crisis en la periferia de las guerras que se extienden en Pakistán al oriente, en Turquía al occidente y el cuerno de África del Sur.” Pero EU “se ha visto “impotente y desprevenido”. A EU se le ha deteriorado la situación: no hay “resultados concretos del proceso de paz palestino-israelí, es patente la parálisis presidencial en Líbano y las tensiones crecientes entre EU e Irán, que ha creado el eje Siria-Hezbollah-Hamas. “La situación hoy es mucho más difícil” para Estados Unidos, dice Lobe, porque en 1980 no enfrentaba guerras en Irak y Afganistán “ni tampoco teníamos el antiamericanismo que ahora se ha difundido en la región entera.” EU no se puede dar el lujo de un enfrentamiento entre Turquía y los kurdos, dice, “a menos que corra el riesgo de perder un aliado [el kurdo], cuya ayuda es considerada virtualmente indispensable para estabilizar Irak”.(2) Atilio Boron, director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), dice que, además de la crisis financiera mundial, hay otros graves problemas para EU: Uno es lo que llama la “sociedad civil internacional”, cada vez más activa y despierta; y un “proceso de rebelión y desestructuración del sistema internacional donde no puede controlar ni a sus propios aliados como Turquía, ni a sus enemigos potenciales como Corea del Norte.”(3) La nueva emergencia de Rusia El crecimiento económico de Rusia y su protagonismo en Asia, el Medio Oriente y Europa han llevado a hablar a algunos analistas de la existencia de una “nueva guerra fría”. Rusia es uno de los más importadores exportadores de hidrocarburos y ha dado saltos en armamento, cohetería y aviación militar. Firmó un pacto militar con las ex repúblicas de la Unión Soviética de Asia Central. Tiene bases militares lindantes con Irak, Irán, Afganistán y Pakistán. Rusia y China firmaron la Organización para la Cooperación en Shangai, en 2001, un “pacto de amistad” o de “asociación estratégica” con temas políticos, económicos y militares, en los que Irán participa como observador. En octubre de 2007, el presidente ruso Vladimir Putin viajó a Irán. Tan sólo ese hecho basta para ser visto como un desafío a EU, para el cual los iraníes son parte del “eje del mal”. Pero no sólo fue el ruso a darles un espaldarazo a los árabes. Fue a reunirse también con los gobiernos de Kazajastán, Azerbaiyán y Turkmenistán, para delimitar las nuevas fronteras luego de la disolución de la URSS. Al cónclave se le llamó la Conferencia del Mar Caspio. Por unanimidad, declararon estar en contra de usar a Azerbaiyán como plataforma de EU contra Irán y apoyaron el programa iraní nuclear. Putin fustigó los oleoductos patrocinados por EU, GB e Israel para balcanizar el mar Caspio y alrededores. Azerbaiyán es aliada de EU e Israel, pero aprobó los resolutivos de la conferencia.
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