Presentación

Nuevamente ha estallado una crisis en la economía mundial. Pero esta vez no se trata de un espasmo más, a los que ya nos tiene acostumbrados el sistema capitalista mundial. La crisis financiera ha comenzado nada menos que en el centro de la estructura global, Estados Unidos, se está combinando con una crisis económica y ya se difunde por numerosos países. Según el diario español El País, el Fondo Monetario Internacional pronostica una “desaceleración económica en el planeta no conocida desde la Segunda Guerra Mundial.” (10.04.08).

Las razones de esta crisis son analizadas amplia y detalladamente en esta edición de Pluma, junto con la declinación en prácticamente todos los ámbitos del imperio norteamericano, que es el otro acontecimiento central y también de carácter histórico de la situación mundial.

A nosotros, marxistas revolucionarios, de esta crisis nos interesa particularmente cómo afectará al proletariado, a la clase trabajadora de todo el mundo, y si las graves consecuencias sobre las condiciones de vida y de empleo serán un acicate para nuevas acciones, luchas, organización y un avance en la conciencia de los miles de millones de asalariados de todo el orbe. Una de las manifestaciones de la problemática es el alza en los precios de los alimentos en todo el mundo. El trigo vale tres veces más ahora que en el año 2000; el arroz, principal cereal de más de la mitad de la humanidad, cuesta más del doble y también subieron y subirán más los precios del maíz, la soya y otros granos y alimentos.

Las protestas y luchas populares no se han hecho esperar y, según el escritor Jean Meyer, “la escalada de los precios ha provocado ya tensiones sociales y disturbios más o menos violentos en unos 30 países, como Bolivia, Camerún, Costa de Marfil, Egipto, Haití, Marruecos, Senegal…” (El Universal, 20.04.08, pág. 19).

A la crisis económica-financiera del sistema de explotación mundial, puede y debe corresponder una lucha proletaria igualmente internacional, porque de otra manera las burguesías y las burocracias de todas las latitudes resolverán sus contradicciones a través de una mayor extracción de plusvalía de los trabajadores, es decir, por medio de mayor miseria y pobreza. Estas luchas y protestas, que pueden generalizarse a todos los continentes, confirman la genialidad de Marx, Lenin y Trotsky, que dedicaron sus mayores esfuerzos a organizar un partido mundial de la revolución socialista, que en la actualidades es la Cuarta Internacional, cuya reconstrucción es la tarea más urgente.
Completan este número artículos sobre Venezuela, Colombia, Palestina y México.