El
pueblo venezolano continúa siendo de los más pobres del
continente
Hugo
Chávez ha utilizado una retórica rebelde, llena de críticas
a las políticas del imperio, pero muy poco ha hecho por cambiar
las condiciones de vida de la población de manera radical,
en un país tan lleno de miseria.
Durante los siete años que lleva de gobernante, al país
han ingresado cerca de 350,000 millones de dólares, producto
de la venta de los casi 1,000 millones de barriles anuales de petróleo.
Sin embargo, a pesar de esa enorme riqueza, más de del 54%
de los casi 27 millones de habitantes viven en la pobreza y 28% en
la pobreza extrema (cifras más altas que las de México,
que ya son alarmantes).
La tasa de desempleo abierto es muy alta, constituyendo un poco más
del 10% de la población económicamente activa. 47% de
la población vive con menos de 2 dólares diarios y el
22% sufre de desnutrición. Un informe de la CEPAL del 2005,
señala que Venezuela y Argentina son los únicos dos
países que no han avanzado en la disminución de la pobreza
extrema y, por el contrario, los números han aumentado.
Tampoco los salarios han mejorado. En el 2005, el salario real de
los trabajadores venezolanos disminuyó un 2.2% (1). Y si fuera
poco, la protección social en el país disminuyó
entre los años 2003 y 2004: sólo 57% de los trabajadores
venezolanos cuentan con algún tipo de seguridad social.
Esta enorme desigualdad coloca a Venezuela en el lugar número
75 del Índice de Desarrollo Humano (México ocupa el
lugar 53) y los programas sociales impulsados por Chávez han
hecho muy poco por solucionar de fondo las grandes carencias de más
de la mitad de sus compatriotas.
En cuanto a recursos, decíamos que Chávez ha recibido
alrededor de 350,000 millones de dólares por venta de petróleo.
También ha solicitado préstamos que aumentaron la deuda
externa, que pasó de 22,000 millones de dólares a 27,000
millones, y la deuda interna paso de 1,069 millones de dólares
a 13,500 millones (2). Uno pensaría que con esa enorme cantidad
de recursos se están abriendo fuentes de trabajo, aumentando
salarios, abriendo escuelas y hospitales, pero no es así.
Sus programas son puramente asistencialistas: acordó con el
gobierno cubano el envío de 17,000 médicos cubanos a
cambio de petróleo. Estos médicos acuden a las comunidades
más pobres a dar consultas gratuitas (en lugar de construir
hospitales allí y de contratar médicos en forma permanente).
Ha otorgado estímulos a la gente que asiste a los cursos de
alfabetización, a los quieren estudiar la enseñanza
secundaria y ha otorgado becas a la gente de escasos recursos (tipo
Fox y López Obrador). Parte de estos recursos también
han sido destinados a Mercal, una cadena de tiendas que venden alimentos
subsidiados y que llega a más de 10 millones de venezolanos.
Una de las acciones de gobierno más difundidos es el programa
de reforma agraria. Con estrépito, el presidente venezolano
ha anunciado al mundo entero que en Venezuela se reparten tierras
a los campesinos pobres y se lucha contra los latifundistas. Sin embargo,
esta afirmación dista mucho de ser una realidad. Las tierras
repartidas por Chávez son propiedad del Estado. El mismo presidente
así lo reconoció: "(...) no hemos expropiado ni
una hectárea privada en Venezuela. Estamos recuperando tierras
del Estado que fueron ocupadas por los latifundistas en forma ilegal,
sin títulos"(3) .
La política de Chávez hacia los pueblos originarios
también ha dejado mucho que desear: "La explotación
de carbón en el extremo noroeste fronterizo 'trajo deforestación,
contaminó los ríos y el aire, y enfermó a muchos
hermanos. Las compañías mineras deben salir', dijo la
activista wayùu Ángela González." (4). "Por
cada tonelada de carbón, se mueven entre cuatro y siete toneladas
de escombros", afirma el antropólogo Luisbi Portillo,
de Homo et Natura, una ONG venezolana (5). La explotación de
estas minas es producto de un acuerdo entre el gobierno de Chávez
con las trasnacionales Vale do Río Doce (Brasil), Anglo American
(Sudáfrica-Gran Bretaña), Shell (Holanda y Gran Bretaña),
Ruhrkohle (Alemania) y Chevron-Texaco (Estados Unidos). A pesar de
las protestas, Chávez está decido a mantener este acuerdo
que es lesivo para los indígenas.
En contraste, no ha enfrentado ni siquiera a la burguesía golpista,
por el contrario. En Venezuela existe un programa de subsidios para
la burguesía y los impuestos le son reducidos a las grandes
empresas. Los empresarios golpistas siguen controlando sus negocios,
entre los están los dueños de las televisoras, que fueron
de los principales agentes en el golpe del 2002. El Grupo Polar, productor
de harina que controla el 70% de la producción del país,
que en el paro patronal decidió esconder los alimentos a la
población, sigue funcionando con normalidad (6).
Notas
(1)
Barreiro, Raquel. "Venezuela con segunda tasa
más alta de desempleo " en http://www.eluniversal.com/2005/10/20/eco_art_20206A.shtml
(2) Ibarz Joaquim. "La pobreza se traga a Chávez".
En http://www.lavanguardia.es
(3) Gosman, Eleonora. "Entrevista a Hugo Chávez".
Periódico Clarín. Bs. As., 2/10/05
(4) Márquez, Humberto. "Tierras si, minas no" en
http://www.ipsnoticias.net/
(5) Ibidem
(6) Weil, Joseph. "Nacionalismo burgués en tiempos de
recolonización" en Marxismo Vivo , Brasil, no10.