Pluma No. 8 -Otoño de 2007

Oaxaca: lecciones y perspectivas

1. El contexto internacional de la sublevación oaxaqueña de 2006

Nuestros compañeros suecos de THE INTERSOCIALIST ASSOCIATION (IA), que leyeron los borradores que dieron pie a estos artículos, nos aconsejaron incluir el panorama internacional en el que se desarrollaron las intensas jornadas de lucha en Oaxaca el año pasado. Publicamos aquí fragmentos de textos sobre la situación mundial elaborados por el Partido Obrero Socialista (ahora MAS) en años pasados. En ellos, se caracteriza que el poder de EU es menguante; que la fase por la que pasa la economía capitalista mundial genera una abismal desigualdad social y pobreza; que las masas y los trabajadores reaccionan a esas injusticias mediante fuertes protestas, insurrecciones y revoluciones que, a diferencia de las habidas luego de la segunda guerra mundial, ahora se desarrollan en las ciudades. También, que si tales luchas tienen un alto desarrollo, empiezan a aparecer organismos mediante los cuales los trabajadores y otros segmentos sociales ejercen su poder. La contradicción principal de estos procesos de lucha estriba en que los dirigentes tradicionales de los trabajadores actúan en contra de sus representados, conjurando en contra suya y traicionando sus aspiraciones. Oaxaca 2006 estaba esbozado, en sus trazos gruesos y en algunos finos, en estos documentos del POS escritos seis y ocho años antes. [1 ]

 La decadencia del imperio

El imperio estadounidense está en decadencia en prácticamente todos los órdenes, sin que el crecimiento de su economía de los últimos años revierta este proceso. Incrementa el interés de este fenómeno crucial para la revolución mundial el hecho de que, a diferencia del pasado -cuando un imperio era relevado por otro más vigoroso ahora no existe otro país que pueda sustituir a los EUA como locomotora de la economía capitalista internacional ni como dirección política y militar.

a) Según John Saxe Fernández, un especialista en economía y cuestiones militares de EU, existe “incapacidad de EU o de nación alguna para fungir como hegemón estabilizador de la economía internacional” y ofrece una serie de datos para probar su aserto.

b) El crecimiento de la economía yanqui en estos años ha sido continuo y ha creado una cantidad impresionante de empleos, aunque estos son de baja calidad. No obstante, esta vez, la recuperación de EU no fue suficiente para sacar a Europa “del marasmo”, como observó el diario francés Le Monde . En efecto, las principales economías europeas y la japonesa no fueron arrastradas, como en el pasado, por la de Estados Unidos.

c) Ha crecido espectacularmente la deuda de este país. Al comenzar la reagonomics era de 1000 billones y los doce años de gobiernos “neoliberales” de Reagan y Bush la cuadruplicaron. Actualmente es de más de 5 billones, es decir, es casi 10 veces mayor que la de todos los países latinoamericanos. Este déficit se debe principalmente a que la burguesía más poderosa de la tierra no se ha atrevido a enfrentarse frontalmente con su proletariado y clase medía, y ha optado por endeudarse y poder así mantener lo sustancial del presupuesto estatal. El sobregiro es espectacular: aumentaba hace dos años en 10 mil dólares por segundo y equivalía a 63 mil 350 dólares por cada familia. Actualmente la deuda interna representa el 74 por ciento de su PNB, muy por encima, por ejemplo, de lo que exige el Tratado de Maastricht a los países que deseen ingresar a la Unión Europea, que es un máximo de 60%. 2

 d) El Estado yanqui paga una cantidad fantástica por intereses de esta deuda. Y cada vez le es más difícil hacerlo. A fines de 1995 el diputado Bill Archer, presidente del Comité de Normas y Procedimientos, denunció que Robert Rubin, secretario del Tesoro, usó dinero de los fondos de pensiones para “evitar que EU incumpla sus obligaciones financieras.” Eran 76 mil millones de dólares, que Rubin prometió devolver.

e) La deuda nacional yanqui es también un gran problema mundial. El Consejo de Interacción (formado por ex líderes políticos como Gerald Ford, Helmudt Schmidt y Pierre Trudeau) llegó a la conclusión de que es uno de los mayores peligros mundiales, “una bomba de tiempo”. Y es que la burguesía de EU se fondea en gran medida mediante el recurso de emitir moneda, dólares, sin respaldo, por lo que hay billones de dólares circulando por el mundo que no tienen sustento en la producción ni en el tamaño de la economía norteamericana. En otras palabras, EU exporta inflación a todo el mundo y devalúa continuamente su moneda. La debilidad del dólar es uno de los mayores factores de crisis económica mundial. El valor de la divisa verde y de los títulos que están en dólares es ficticio, una convención. Si EU estuviese obligado a dar garantías por cada dólar que circula en el mundo, “quebrarían todas las instituciones financieras internacionales y el sistema bancario mundial se derrumbaría...”.

Por lo anterior es que el dólar tiende a perder su característica de ser un medio de pago internacional aceptado. En el momento en que ello ocurra, la catástrofe será devastadora. Por ejemplo, a mediados de 1995 la empresa estatal petrolera iraní solicitó al gobierno japonés que sus contratos se hicieran en yenes y no en dólares, pues la caída del dólar “estaba carcomiendo su ingreso” (en ese año el dólar se había depreciado en un 11 por ciento, y se calcula que de esa fecha al día de hoy se ha devaluado en un 19% más). Japón rechazó la pretensión iraní.

Todos los países pierden cada vez que cae el dólar, y los del Grupo de los 7 le exigen continuamente a Clinton que ponga en orden su presupuesto.

f) La creciente dependencia energética que padece EU es un gran factor de crisis. En 1994 importó la mitad de su demanda total de petróleo, mientras que en 1970 compraba a otros países sólo el 23 por ciento. El aumento se dio no porque incrementara su enorme demanda total (devora 17 millones de barriles diarios de petróleo) sino porque ha venido declinando su producción doméstica. EU cuenta sólo con el 2 (dos) por ciento de las reservas probadas de petróleo del mundo, que en pocos años se les terminarán (cuentan con 22 mil millones de barriles, por 48 mil de México, 258 mil de Arabia Saudita, 100 mil de Irak y 88 mil de Irán, por ejemplo, según el Oil & Gas Journal ( La Jornada , México, 2.III.97).

Según Edward Luttwak, un experto estadounidense en cuestiones estratégicas, se ha empleado “mucha tinta para decir que luego de la caída de la Unión Soviética quedó una sola superpotencia. Pero si ése es el caso, se pregunta, ¿por qué Washington no inspira temor ni reacciones protectoras? Y contesta que EU no es una superpotencia, sino un país deudor; no una fuerza emergente, sino una en decadencia.” Su conclusión es que “la geopolítica tradicional está muerta.”

Crisis en la hegemonía política yanqui

Son numerosos los analistas de la situación internacional y los políticos burgueses que caracterizan una crisis en el liderazgo mundial del imperio norteamericano. A fines de 1993, The Economist publicó un artículo titulado “Vive EU una fase de aislamiento que inició con el revés en Vietnam”, en el que aprecia que ya desde 1969 “estaba revalorando la lógica que lo había involucrado” en Indochina. “Nixon, al hablar en Guam, anunció que Washington ‘no puede -y no va a concebir todos los planes-, diseñar todos los programas y asumir toda la defensa de las naciones libres del mundo. Ayudaremos donde marque una verdadera diferencia y sea considerado en nuestro interés'.

“En teoría, esto deja abierta la cuestión de si EU desde entonces veía sus intereses en términos estratégicos estrechos -se pregunta la revista imperialista británica-, o si esos intereses aún abrazaban la más elevada ambición de defender la libertad y la democracia. En la práctica, la respuesta fue dada por los factores económicos.

“EU ya no se sentía pródigamente rico; el crecimiento era lento, y una larga era de progreso y prosperidad estaba llegando a su fin. Los presupuestos eran menores. El humor de la nación era que ya no podía darse el lujo de una política exterior de generosidad, intervención y protección a una escala amplia, aun cuando quisiera.

“(...) la humillación de Vietnam, sobre todo, condujo a una demanda popular de una política exterior que estuviera tan libre de costos y de riesgos como fuera posible en términos humanos, y a una renuencia observable a comprometer tropas o derramar sangre más que por un propósito claramente definido y con la salida plena a la vista.” (9.XI.93).

Por las mismas fechas, Helen Thomas, de UPI, escribió que “el liderazgo mundial implica una participación activa en los asuntos foráneos y con frecuencia exige el envío de soldados a distantes polvorines; y esa decisión necesariamente debe de tomarse contra la opinión de un pueblo cada vez más desencantado de las aventuras en el extranjero que cuestan vidas y no representan un interés directo para EU.” Concluye que “es evidente que EU no puede tomar el papel de guardián del mundo, pero tampoco puede permitir que los demás tomen la batuta.” (21. X. 93)

Por su parte el corresponsal de Excélsior en Europa, Miguel Barberena, recogió las siguientes impresiones:

“Existe la peor crisis de confianza en las relaciones trasatlánticas [EU-Europa] en los últimos cuarenta años. La última superpotencia mundial parece incapaz de tomar decisiones. ‘No hay política exterior bien definida por parte de los EU', nos confió un alto diplomático de la Comunidad Europea (CE). Los ministros de Relaciones Exteriores de la CE no saben cómo actuar en un mundo sin liderazgo estadounidense. La diplomacia occidental es constantemente ridiculizada y tachada de incompetente.

“A fines de mayo [de 1993] el número tres del Departamento de Estado, Peter Tarnoff, definió los grandes cambios que ha sufrido la diplomacia estadounidense, al señalar que su país busca abandonar el papel tradicional de líder mundial para concentrarse en política interna. Warren Christopher intentó desautorizar estas declaraciones, pero el daño ya estaba hecho.

“Los diplomáticos en Bruselas esperan que Clinton aproveche su reunión con los ministros eurocomunitarios de Relaciones Exteriores para clarificar cuál es realmente la política exterior de EU, y borrar la impresión de que la Casa Blanca es un barco a la deriva, tripulada por navegantes inexpertos.” (7.VI.93)

Casi un año después, The New York Times recogió unas declaraciones de Anthony Lake, bajo el sugestivo titulo de “La globalización , culpable de los errores en política externa.” Quien era a la sazón asesor de Clinton en seguridad nacional dijo que los gobiernos norteamericanos tradicionalmente han clasificado los asuntos exteriores en tres carpetas: una con el rótulo de “pendiente”, otra con el de “terminado” y otra con “muy difícil”, siendo ahora la más voluminosa esta última. Explicó que muchas de las dificultades que tienen para encarar los conflictos internacionales se deben a que “la gente no quiere que el gobierno se meta en cosas externas” y a que “no se consigue consenso como antes, cuando existía la Unión Soviética.” El “gran problema”, dice, es... ¡la televisión!, ya que a la población le llegan al mismo tiempo que a los funcionarios las noticias, y los reporteros y la opinión pública “exigen respuestas inmediatas”, lo que trae consigo “un alto costo para los formuladores de política.” Dice que si cuando ocurrió la invasión a la Bahía de Cochinos, en 1962, hubiese habido una población tan despierta e informada, habrían tenido una gran presión para decidir a toda velocidad si enviaban o no tropas a Cuba, aumentando las posibilidades de errar. (8. VIII. 94)

 El imperialismo es como un bombero loco

Los hechos en los que avanza el imperialismo no dominan el panorama internacional ni inclinan la balanza a favor de la contrarrevolución o la “reacción”. Conserva vigencia la caracterización que hacía Nahuel Moreno sobre las ofensivas que lanza la contrarrevolución: “obtienen muy poco, son débiles, porque el imperialismo está muy mal”, decía en 1985. Para él, las arremetidas de la contrarrevolución son un elemento importante de la situación mundial, pero no el más significativo. Para el fundador de la Liga Internacional de los Trabajadores (LIT), las contraofensivas imperialistas sólo podían ser comprendidas mediante la ley que Hegel llamó “astucia de la razón”, aquella que sintéticamente plantea que toda afirmación se convierte en su negación, es decir, que los hombres proyectan hacer algo y obtienen lo contrario. El imperialismo -decía Moreno- actúa como un bombero loco que apaga fuegos con gasolina. La actual crisis imperialista en el Medio Oriente, luego de la victoria de los EUA en 1991, ilustra el valor de esta ley.

 Un capitalismo caníbal que empobrece a los pueblos

La nueva fase del capitalismo implica la aceleración de la pauperización relativa y absoluta de las masas en todo el orbe, a niveles no vistos. Lo anterior no es una señal de fortaleza de las burguesías sino de decadencia. Quiere decir que los capitalistas ya no son capaces de regir una economía que, además de brindar ganancias a los propietarios de los medios de producción, les permita otorgar a sectores de los esclavos asalariados una existencia material que les permita reproducirse cómodamente como tales, como ocurrió en muchos países en el pasado. La continuación del modo de producción capitalista en las circunstancias actuales implica el genocidio económico de pueblos enteros y de sectores del proletariado 3 . Ello está provocando una mayor lucha de las masas y la ruptura de viejos “pactos sociales” entre las burguesías (o las burocracias) y las masas. En otras palabras, la burguesía es hoy estructuralmente más débil debido a que está perdiendo uno de sus principales mecanismos de dominación y control sobre el proletariado: las concesiones materiales.

Nahuel Moreno decía que: “el problema económico exacerba la lucha política y la lucha social, y exacerba más el proceso revolucionario.” Es imposible suponer que los trabajadores van a decidirse a transformar radicalmente la sociedad, la economía y la cultura (lo que implica enfrentamientos violentos con la burguesía, es decir, el riesgo de perder la vida) mientras devengan altos sueldos en empleos estables, y cuentan con tiempo y recursos para disfrutar de vacaciones y de las culturas. La mundialización económica, es decir, la aparición de un capitalismo caníbal significa que el proletariado y la clase media son despojados de las tibias sábanas que arropaban sus vidas, y que son arrojados sin misericordia a las aguas heladas del cálculo egoísta .

 Los Estados y gobiernos tienden a ser máquinas de represión

Los Estados tienden a desnudarse como meras máquinas de represión usadas por la clase o fracción de clase dominante […].

Para entender este fenómeno es necesario analizar las características de los Estados capitalistas al concluir la segunda guerra mundial. En la conflagración bélica la contrarrevolución vio salir derrotada sangrienta y revolucionariamente a su ala derecha, nazi-fascista. Además, dos de los principales países imperialistas, Alemania y Japón, tuvieron que aceptar no formar ejércitos, espina dorsal de sus Estados. De otro lado existían pueblos, proletariados y un Ejército Rojo victoriosos, en movilización, dispuestos a continuar luchando y a extender y profundizar cambios revolucionarios.

 ¿Cómo detuvo parcialmente la contrarrevolución a estas masas victoriosas?

Echó mano, donde pudo, de una violenta represión, incluso Washington echó mano para ello de antiguos nazis. No obstante, no fue, no podía ser la violencia su principal método para detener la revolución, luego del colapso del Tercer Reich y del Mikado. Su política principal para contener la marea revolucionaria fueron las concesiones económicas y sociales a las masas, política con la que estuvo de acuerdo José Stalin, que contribuyó con ella desde la dictadura que encabezaba en la Unión Soviética.

Para instrumentar estas concesiones materiales la burguesía debió de llevar a cabo modificaciones sustanciales en sus Estados. Para contener la oleada revolucionaria la burguesía debió de vestir a sus Estados con algunos de los atributos que tenía el Estado soviético . En otras palabras, para detener la revolución socialista las burguesías pusieron a sus Estados un ropaje socialista.

Los Estados capitalistas pasaron a cumplir dos nuevas funciones que antes no cumplían y que son características de los Estados obreros 4 : una económica, de participación decisiva en la producción y en los servicios; y otra, social, de asistencia a los sectores proletarios y más desprotegidos. Insistimos en que estas funciones no las cumplían antes los Estados capitalistas . El Estado capitalista de bienestar se parece poco al Estado burgués liberal que estudiaron Marx y Engels, y al que definió Lenin en su trabajo célebre, en el que es sin más la superestructura de la clase dominante para reprimir y someter a la clase trabajadora.

El ensayista Octavio Paz -que fue marxista en su lejana juventud describió a este nuevo fenómeno con la conocida expresión de que es un ogro filantrópico (que incluye también a los Estados obreros degenerados). Es decir, el Estado sigue siendo un instrumento cruel, de coerción, represión y castigo; y al mismo tiempo es dadivoso, generoso, es solícito a tender su manto protector a quienes lo requieran.

El Estado capitalista, que cumplía anteriormente funciones militares, políticas, jurídicas e ideológicas (en el sentido estricto de estas palabras) después de la segunda guerra mundial pasó a convertirse en un titán, que además de esas tareas se echó en sus anchas espaldas a la economía y la sociedad. [5]

Según la teoría-programa marxistas, el proletariado debe destruir al Estado capitalista y construir sobre sus restos uno nuevo, como tránsito hacia una sociedad socialista. ¿Cómo habría de hacerlo si ese Estado no se muestra claramente como su peor y más odiado enemigo, sino como un conjunto de instituciones que construyen faraónicas obras públicas y le prestan empleo (o un seguro de desempleo), educación, vivienda, vacaciones, servicios médicos y pensiones para una apacible vejez? En numerosos países las burguesías lograron instaurar este tipo de Estado, que le dio estabilidad a su dominación. Y dónde no fueron capaces de forjar a estos gigantes providenciales sufrieron revoluciones, algunas (parcialmente) victoriosas, como las de China, Vietnam, Corea y Cuba.

El fenómeno actual es que la burguesía mundial es cada vez menos capaz de darse el lujo de mantener este tipo de Estados, pues la situación actual de su economía ya no se lo permite. Los gigantes van perdiendo –gradualmente en algunos países, a zancadas en otros- sus funciones económicas y asistenciales. El filántropo se empobrece y hace avaro, mezquino, egoísta. Ya no sólo no da: ahora quita en la forma de crecientes impuestos [6] y jugando en el casino de la especulación financiera con los fondos de pensiones de los trabajadores y sus ahorros. Las ropas rojas se destiñen, caen en jirones o tornan pardas. Y tras ellas van apareciendo las cuencas y las manos vacías, el rostro sin alma del monstruo estatal.

Trotsky afirmaba que la definición marxista más esencial de Estado es la de Federico Engels: un destacamento de hombres armados. Hacia allá van los aparatos estatales en esta fase de mundialización del capitalismo.

 Revoluciones urbanas, populares y proletarias

Este nuevo fenómeno, la presencia notoria y determinante del proletariado urbano en las sociedades actuales, ha cambiado las características de los procesos revolucionarios modernos. Revoluciones como las habidas al término de la segunda guerra mundial, cuyo ámbito geográfico fue el campo y donde el principal actor fue el campesinado, son impensables hoy día como tendencia. Serán excepcionales aunque siguen presentes, como en Colombia y en regiones de México.

Las revoluciones son cada vez más urbanas, arrastran y arrastrarán a grandes capas de la población de las ciudades (y también del campo) y en tendencia el proletariado jugará en ellas un papel cada vez más importante. Ya contienen algunas de estas características el mayo francés (1968), el movimiento estudiantilpopular mexicano (1968), el italiano y el cordobazo (1969); las revoluciones chilena (1971-1973), portuguesa (1975), iraní (1979) y las iniciadas diez años después en China y el centro y oriente de Europa. Estos ingredientes también los tienen los procesos políticos más recientes, como la gran huelga francesa de 1995, las huelgas en Corea del Sur (1997), la revolución que derribó a Suharto en Indonesia (1998), etcétera.

Nosotros a este “nuevo” fenómeno (que en realidad no es inédito puesto que así fueron las revoluciones de Rusia en 1917 y las que estallaron en Europa en el periodo de entreguerras) hemos intentado definirlo con términos marxistas: son Revoluciones de Febrero Clásicas. Con esto queremos decir que repiten, en sus rasgos fundamentales, las características de la revolución de febrero de 1917 en Rusia, a saber:

• El escenario principal en que se desarrollan son grandes urbes.

• Son llevadas a cabo principalmente por las masas de las ciudades, por el "pueblo", dentro del cual participa el proletariado.

• Generalmente la tarea principal que cumplen es derribar regímenes autocráticos, bonapartistas o dictatoriales, es decir, son revoluciones que consiguen derechos políticos y civiles para las masas que, aunque insuficientes, son un avance cualitativo en relación con la inexistencia anterior de ellos. En aquellos países en los que ya hubo revoluciones democráticas, nuevas revoluciones están siendo detonadas por los planes económicos neoliberales y por defender o ampliar libertades democráticas (Albania, Ecuador). Debido a que las masas no tienen la conciencia de que deben tomar el poder, debemos denominarlas "revoluciones de febrero recurrentes".

• Son llevadas a cabo mediante métodos proletarios y populares como las huelgas, manifestaciones, etcétera.

Estas revoluciones son distintas a las que ocurrieron en la periferia del sistema capitalista, en el mundo semicolonial y colonial, en la inmediata posguerra mundial, cuyo epicentro fue el campo y sus actores fueron los campesinos y obreros agrícolas, organizados en ejércitos guerrilleros.

 El predominio de la ideología democrático burguesa

En la actual etapa de la lucha de clases que estamos viviendo, el predominio mundial de la democracia burguesa expresa el avance y las limitaciones de la lucha internacional del proletariado y los pueblos. Por un lado, nuestra clase ha logrado sacudirse con grandes revoluciones y luchas los regímenes fascistas y bonapartistas, con los que el imperialismo y la contrarrevolución quisieron dominarnos y someternos. Por otra parte, la clase trabajadora no está conciente de que debe imponer su dictadura revolucionaria y supone que con democracia formal es suficiente para obtener trabajo, vivienda y condiciones de vida dignas. Es decir, el proletariado mundial está ganado para una ideología ajena a sus intereses históricos. Esta ideología está encarnada y es difundida por partidos pequeñoburgueses que son la representación y dirección actual de la clase obrera internacional. En palabras del mexicano José Revueltas, nuestra clase no tiene cabeza propia, piensa a través de la cabeza de otra clase. En ello reside hoy lo que Trotsky llamó la “crisis en la dirección del proletariado”. En estas circunstancias tenemos el actual predominio mundial de la democracia burguesa.

 Una perspectiva: regímenes que combinan los poderes burgués y proletario

 El marxismo es un método tendencial, es decir, visualiza a los fenómenos en su movimiento y mudanza y se pregunta en qué se transformarán.

Sobre los regímenes democrático burgueses en crisis podrían aparecer regímenes de “dualidad de poderes”, en los que coexisten tanto el poder de la burguesía como el del proletariado y las masas. Los trabajadores y los pueblos, si luchan intensamente, tienden a crear organizaciones parecidas a los “soviets” de la revolución rusa de 1917, que adquieren un poder frente al de la burguesía.

Creemos que, en la hipótesis de que continúe la crisis económica mundial y las masas se sigan movilizando, los regímenes parlamentarios agudizarán sus crisis. Si las masas siguen luchando y dan saltos en sus procesos de reorganización (es decir, si construyen órganos de poder), aparecerán regímenes de doble poder. Creemos que esta es la hipótesis más probable para los próximos años. En la actualidad, existen algunos regímenes políticos a los que quizá podamos denominar kerenskistas o de doble poder. Son los casos de Albania y Ecuador, cuando menos, en los que aparecieron organizaciones de poder popular que contaron o cuentan con una fuerza considerable, al grado de derribar a los gobiernos burgueses de esos países. Son casos por ahora excepcionales, pero que muy probablemente señalen la tendencia del curso histórico.

La conciencia política de las poblaciones no es en muchos países estrictamente democráticoburguesa, es decir, sectores de las masas no esperan resolver sus problemas y necesidades sólo a través de votar cada tantos años por determinado partido. La conciencia de que la solución de los problemas del proletariado proviene de su movilización y organización es un hecho en numerosos países. En algunos de ellos -todavía no la mayoría- las masas en su luchas incluso violan con frecuencia el Estado de derecho democrático-burgués cuando cortan o bloquean carreteras y caminos, cuando ocupan o invaden tierras y predios, y desde luego cuando se insurreccionan y se arman, como en Chiapas, Albania, Colombia...

 Partidos que representan conservadoramente a los trabajadores

Los “partidos de la democracia pequeño burguesa”, o partidos obrero burgueses, o partidos pequeño burgueses, son los actuales dirigentes de la gran mayoría del movimiento obrero y de las masas a nivel mundial. Son entonces, como decíamos, la expresión de la crisis en la dirección del proletariado. La clase obrera mundial y los sectores sociales explotados y oprimidos son conducidos por este tipo de partidos que representan los intereses de la pequeña burguesía (y en última instancia de la burguesía). Estos partidos son los que hacen todo lo posible porque el proletariado no luche o lo haga en los límites y respetando las reglas del Régimen democrático-burgués y del sistema capitalista.


[1] Los textos aquí citados fueron publicados en el volumen titulado Segundo ensayo sobre un proletariado sin cabeza , México, ed. El Socialista, Movimiento al Socialismo, diciembre de 2006.

[2] Estaba en el telar este trabajo cuando el presidente Clinton anunció que, en coordinación con los republicanos, se equilibrará el presupuesto gradualmente, hasta conseguirlo totalmente en al año 2002. Según EFE, “la mayoría de los norteamericanos. dudan de sus bondades”. “Un sondeo efectuado este fin de semana señala que 58% de los encuestados considera ‘injustos' los recortes de impuestos aprobados por el Congreso, porque benefician principalmente a los ricos.” También, que “el 67% de los entrevistados opina que el pacto fiscal entre la Casa Blanca y los republicanos se ha alcanzado para sacar ventajas políticas, no porque sea bueno para Estados Unidos.” (4. VDI. 97) Esta estocada al proletariado estadounidense ocurre cuando en este país ya hay un 15% de pobres (37 millones) y podría ser el detonador de un proceso revolucionario en la Unión Americana, ya sacudida por luchas obreras -hay una “resindicalización” de 400 mil trabajadores en el último año- y por enormes movilizaciones de negros e hispanoamericanos.

[3] Según el PNUD (Programa de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo), “cada minuto 47 personas atraviesan elumbral de la pobreza en el mundo: 70 mil nuevos pobres cada día.” ( Informe Anual , 1996).

[4] La función de intervenir en la economía no la tuvo por primera vez el Estado obrero de la URSS, sino el del modo de producción asiático; y las tareas de asistencia social las tuvo también el imperio incaico, que tenía características socialistas, según dice G.P. Murdock en el ameno libro Nuestros contemporáneos primitivos , México, ed. FCE, 1956.

[5] Este tipo de Estado apareció antes de la segunda gran guerra en los EUA, impulsado por F.D. Roosevelt, quien tuvo que enfrentar a unpoderoso proletariado acicateado por el crash de 1929.

[6] “Los alemanes inmersos en la vida activa trabajan cinco meses al año sólo para abastecer las arcas del Estado, que se quedan con 44.5 por ciento de lo ganado”, dice un cable de EFE del 15.XII.95.

 

Contenido

Presentación

1. El contexto internacional de la sublevación oaxaqueña de 2006

 

2. Balance

Ulises vapuleado y contra las cuerdas

Por qué no cayó el gobernador

Las responsabilidades por la derrota de la insurrección

La desunión del magisterio y los padres de familia

La iglesia también crujió ante la insurrección

URO le copió a Hitler tácticas contra insurgentes

URO no hubiese soportado una huelga estatal

El desarrollo del poder obrero y popular

Un debate fraterno con los anarquistas

 

3. La situación actual

El movimiento se recupera y podría pasar a la ofensiva

El más fuerte apoyo a URO viene del gobierno federal

Tres historias istmeñas de la insurrección

Lázaro Cárdenas B. y el PRD-COCEI colaboran con URO

Calderón ama más a Elba que a Margarita

 

4. Perspectivas

Perspectivas y alternativas

El arte y los movimientos populares

 

Internacional

Chávez la democracia socialista

¡Detengamos la ejecución de Mumia Abu-Jamal!

Habrá de repetirse la insurrección, para terminar con la victoria

Álbum de fotos

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