PRESENTACIÓNPLUMA NO. 7 - Verano 2007 |
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En Irak, un pequeño país de 27 millones de habitantes y que produce menos de la séptima parte de lo creado anualmente por México, se juega mucho del curso histórico mundial. Todo indica que el arrogante imperio norteamericano se encamina a una derrota frente a la insurgencia y el pueblo de esa nación árabe. De ser así, ello modificará notoriamente todo el tablero internacional en provecho de los pueblos explotados y oprimidos del conjunto del planeta. La lección será clara para cientos de millones de trabajadores, desempleados, campesinos y jóvenes en todo el mundo: el imperio americano es vulnerable y se le puede derrotar. El revés de EU en Vietnam hace 30 años no fue una excepción y lo ocurrido ahora a EU en Irak podría repetirse. Las repercusiones de esta derrota anunciada empiezan a ser perceptibles y positivas. Algunos gobiernos en los principales continentes pueden mantener una independencia y hasta enfrentarse a las decisiones de Washington y sus instituciones internacionales de control financiero, económico, social y cultural. En este número hacemos un análisis de la situación en Medio Oriente, en Afganistán y en Estados Unidos. Nuestro estudio es amplio, aunque no exhaustivo, pues necesitaríamos mucho más espacio del que disponemos en esta publicación. Abordamos aquí los sucesos que consideramos más importantes, aunque hemos tenido que dejar pendiente lo que ocurre en Líbano, Siria y Turquía. Aun así, estamos seguros que ofrecemos herramientas suficientes para comprender lo que ocurre en Levante, la zona más convulsiva en el mundo. Es cierto. En esta región se desarrollan los enfrentamientos más sangrientos y ásperos entre las clases y contra el gendarme internacional, aunque no es la región del orbe más avanzada políticamente. Los pueblos árabes están haciendo grandes sacrificios y pelean heroicamente contra los soldados imperiales y sus agentes, aunque en su enorme mayoría están dirigidos por corrientes religiosas islamistas que se proponen, luego de desalojar a Estados Unidos, el instaurar Estados teocráticos que preservarían la explotación capitalista y excluirían a todos aquellos que no compartan sus creencias religiosas así como sus costumbres. Está lejos que los proletariados de estos países creen sus propias organizaciones para revolucionar sus sociedades y construir órdenes sociales en los que no exista expoliación ni opresión. El otro tema es un interesante ensayo de Alejandra Kollontai, sobre el futuro de la familia luego de que los trabajadores tomen el poder. La revolucionaria rusa concibe que al estar la economía en manos de los obreros y asalariados, se podrá poner también al servicio de liberar a las mujeres de los quehaceres domésticos y de la crianza de los hijos. Igualmente, que la “familia” del futuro podrá estar basada en el afecto y la camaradería y ya no en los intereses económicos o en el poder del hombre como proveedor del hogar. Escrito en 1921, cuando la Revolución rusa aún no se burocratizaba, con la publicación de este texto comenzamos un homenaje a la primera República de trabajadores en el noventa aniversario de su fundación.
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