Washinton protege al terrorista Posada Carriles

PLUMA NO. 7 - Verano 2007

EU, el Estado que pretende erigirse como el paladín de la lucha contra el terrorismo, protege a un peligroso terrorista, confeso de decenas de asesinatos de civiles inocentes.

Dos guerras, cientos de miles de muertos y un sufrimiento sin fin han costado las campañas que “contra el terrorismo” emprendió la Casa Blanca en los recientes. Lo irónico es que los dos personajes de Washington ahora demonizó fueron ante sus socios y aliados: tanto Osama Bin Laden como Sadam Hussein le prestaron al imperio yanqui valiosos servios, que incluyeron asesinatos, como las matanzas perpetradas con armas químicas por el ex dictador iraquí contra las poblaciones chiitas y kurdas de ese país.

Posada Carriles es dueño de un espeluznante expediente que abarca cinco décadas de actividades terroristas, que empezaron con su participación en la invasión a Bahía de Cochinos de 1961, Cuba, ordenada por el presidente norteamericano John F. Kennedy. En 1976 organizó un atentado en el que murieron las 73 personas que viajaban de Caracas a La Habana en un avión de Cubana de Aviación; posteriormente admitió su participación en 1997 en el atentado con bomba en un hotel de La Habana en el que murió un turista italiano. En el 2000, intentó asesinar a Fidel Castro durante un acto público en la ciudad de Panamá. Antes había entregado a la “Contra” nicaragüense, responsable de la muerte de unas 30 mil personas en los años 80s.

Según el periodista Sergio Muñoz Batta, “en todos estos casos, el patrón de Posada era la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el financiamiento de las operaciones estaba a cargo del gobierno norteamericano.

“Peter Kornsblush, el tenaz jefe de investigaciones de los Archivos de Seguridad Nacional, en la Universidad George Washington, ha declarado públicamente que la razón por la cual la administración de Bush se niega a declararlo terrorista es por temor a que en su defensa, Carriles argumente que sus actos terroristas fueron ordenados por o en colaboración con la CIA.

“La hipótesis de Kornblush se funda en las declaraciones del abogado de Carriles, Eduardo Soto, quien ha dejado entrever que su cliente conoce bien la oscura historia de los organismo de inteligencia estadounidenses y que sólo ha permanecido callado por lealtad a su tierra adoptiva”.

Posada fue detenido en mayo de 2005 por entrar ilegalmente a EU y mentir a los oficiales de inmigración. A las personas, normalmente se les deporta a su país de origen. Pero Washinton no lo ha hecho, porque sabe que en Cuba o Venezuela sería castigado y, sobre todo, interrogado.

Desde luego, Posadas no corrió la suerte de los casi 400 presos que EU mantiene en Guantánamo, a quienes no da derecho a un “debido proceso” y a los que somete a torturas crudelísimas. El expediente de Posada justificaría plenamente su traslado a Guantánamo pues el Departamento de Justicia lo ha caracterizado como el “confeso autor intelectual de planes y ataques terroristas que jamás ha demostrado arrepentimiento”, lo ha acusado de ser un peligro para la comunidad y ha destacado el riesgo de que intente darse a la fuga.

Posada fue declarado libre por una jueza de El Paso, Texas. Ahora se encuentra en Miami, donde los sectores más derechistas del exilio cubano lo consideran un héroe.