La
historia del EZLN
Camino construido entre aciertos y errores
Por Angélica García ¿De qué tenemos que pedir
perdón?
¿De no morirnos de hambre?
¿De llamar al pueblo mexicano todo a luchar de todas las formas posibles
por lo que nos pertenece?
EZLN, 1994
El camino recorrido por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional
(EZLN o EZ) ha estado marcado por grandes aciertos, pero también por
importantes desatinos.
Los momentos en los que el EZ ha actuado
de manera brillante han quedado en la memoria de las mujeres y hombres
que los han acompañado. Sin embargo, los errores deben ser recordados
para no ser repetidos. La discusión sobre los errores, los aciertos
y el actuar de las organizaciones que se reivindican revolucionarias,
es lo que les hace serias y democráticas, y en el afán
de construir herramientas con estas características, es que hoy
planteamos esta discusión.
El subcomandante Marcos hoy reconoce
equivocaciones y para rectificar el rumbo, hace un llamado a los que
ignoró hace años.
La Sexta Declaración y La otra
campaña, constituyen una gran oportunidad para enmendar fallas,
pero para dar este paso es necesario analizar las circunstancias y decisiones
que llevaron al EZLN a quedarse prácticamente aislado después
de haber sido la fuerza que despertó al país de un largo
letargo.
Primer
acto: la insurrección
Quién no recuerda aquella gloriosa
mañana del primero de enero de 1994 cuando México se despertó con
la noticia de que los indígenas chiapanecos se habían alzado
contra del mal gobierno.
A partir de ese día, la comandancia
del EZLN saltó a la vida pública, llevando la voz de los
de abajo a las primeras planas de todo el mundo.
La Primera Declaración de la
Selva Lacandona, documento en el que daban a conocer sus demandas y plan
de lucha, era un llamado para estallar la revolución en contra
del dictador, en pocas palabras, desconocían al entonces presidente
Carlos Salinas de Gortari y llamaban a luchar en contra del Tratado de
Libre Comercio (TLC) y en defensa del artículo 27 constitucional,
referente a la tierra.
El levantamiento generó gran
simpatía en la población. Fueron semanas en las que trabajadores,
estudiantes y campesinos discutieron apasionadamente sobre el curso del
país y se sumaron a la declaración de guerra del EZ.
Era la oportunidad para que la dirigencia
del EZLN llamara a crear un gran frente de todas las organizaciones obreras,
populares, campesinas, indígenas y estudiantiles que organizara
la lucha contra el gobierno. El germen estaba ahí, en todos los
rincones del país comenzaban a conformarse comités de apoyo
a los insurrectos, la organización del pueblo se gestaba, y entonces
vino el llamado del EZLN a asistir a la selva.
Segundo
acto: la Convención Nacional Democrática (CND)
El EZLN lanzó la convocatoria
para a asistir a la CND… que finalmente de democrática sólo
tuvo el nombre.
Esta era la gran oportunidad de la dirigencia
zapatista para cambiar el rumbo del país, de hacer un llamado
a la clase trabajadora a impulsar un movimiento que bien podría
haber culminado en una revolución, en el gran cambio que el país
y la población trabajadora necesitan. Pero la decisión
fue otra.
La CND resultó ser una reunión
de precampaña para el candidato burgués Cuauhtémoc
Cárdenas. El EZ le cedió el mando y la organización
de la CND al PRD; las discusiones generadas en las mesas de trabajo fueron
intensas, ya que había sectores que se oponían a la línea
de los perredistas, que pretendieron que la CND resolviera votar en las
elecciones por Cárdenas. Al final la reunión en la selva,
que podría haber sido una semilla revolucionaria, se convirtió en
un espectáculo mediático.
La dirigencia perredista, a través
de la Comisión Nacional Organizadora, recurrió a la difamación
y el autoritarismo para expulsar y aislar a aquellas voces que se opusieron
a sus políticas (especialmente el POS), y finalmente, los resolutivos
de la CND se redujeron a un llamado a luchar…pero desde las urnas,
es decir, a respetar los métodos establecidos por la dictadura
priista (está de más decir que las elecciones hasta ese
entonces no eran más que una pantomima consagrada a mantener la
ilusión de que la dictadura no existía).
En ese momento, la dirigencia zapatista
olvidó las primeras declaraciones perredistas contrarias al alzamiento,
y desestimó la importancia de aglutinar a los trabajadores y campesinos,
decidiendo así confiar en el camino marcado por el PRD, un partido
burgués que intentaba ganar puestos de poder, pero sin trastocar
el sistema ya existente.
Pensar que el PRD podía ser un
aliado para alcanzar la justicia por la que se levantaron los indígenas
fue el más grave error de la dirección zapatista, el no
haber optado definitivamente por la lucha de clases, generó la
cascada de acontecimientos que vino en años posteriores.
Al abandonar el espíritu de la
Primera Declaración, los zapatistas cometieron tres graves equivocaciones
que se manifestaron en diferentes momentos con distintas caras:
1. Haber confiado
en una dirección burguesa.
Para decirlo con la terminología
que hemos empleado en este número de esta revista, la dirección
del EZLN adoptó, luego de la insurrección del 1 de enero
de 1994, una estrategia propia de la tradición menchevique y estalinista,
es decir, su política fue frente populista, o sea que privilegió la
alianza con la burguesía, en vez de proponerse la alianza con
el proletariado. El EZ desestimó a la clase trabajadora y buscó a
los supuestos burgueses buenos, progresistas, nacionalistas y demócratas.
Los encontró en el PRD y en Cárdenas y se subordinó durante
años a ellos.
En la CND, la ausencia de los obreros y sindicatos fue notable, de seis mil
delegados, aproximadamente 350 representaron a trabajadores de cerca de 57
sindicatos y corrientes sindicales de todo el país. La dirigencia zapatista
y el PRD jamás se preocuparon por garantizar la participación
de este sector, pero si centraron sus energías en lo que con los años
constituiría su principal fuerza, la intelectualidad y la pequeña
burguesía. A partir de entonces, el término sociedad civil, comenzó a
sonar en boca de los seguidores de Marcos, olvidando que las clases sociales
existen, aunque se pretenda anularlas a través del lenguaje. Marcos
declaraba: Hay grupos de poder, los más nacionalistas, que están
invitados a la Convención, que no tiene carácter de clase. En
ese punto pueden coincidir desde empresarios hasta indígenas analfabetas
o ciertos sectores de la iglesia (Proceso, 1-08-94)
En la Tercera Declaración de
la Selva Lacandona llama a los obreros, campesinos, estudiantes y sociedad
civil a seguir luchando en contra del gobierno, y aunque este llamado
fue correcto, perdió toda validez al pedir que los sectores de
la clase trabajadora se subordinaran a la autoridad ¿moral? y
jefatura de Cárdenas, quien sería ungido como dirigente
de un "Movimiento de Liberación Nacional" (que el ingeniero
nunca estuvo dispuesto a acaudillar).
Tras la derrota electoral de Cuauhtémoc,
en agosto de 1994, Marcos continuó haciéndole segunda al
hijo de Lázaro y en un comunicado titulado La larga travesía
del dolor a la esperanza escribía: "el transcurso del tránsito
pacífico y civil a la democracia, la libertad y la justicia tenía,
hasta agosto de 1994, en Cárdenas un seguro conductor, honesto
y consecuente".
La brecha entre el EZLN y las importantes
luchas obreras de esos años, se hizo patente en el silencio zapatista
alrededor de la lucha del SUTAUR 100. En la marcha multitudinaria del
primero de mayo de 1995 (quizá la más numerosa en la historia
nacional), el EZ no envió ningún saludo a la clase trabajadora.
Este silencio marcaba la distancia que mantendría con los trabajadores
hasta este 2005.
2. No haber planteado
la lucha por el poder de los obreros y los campesinos, confiando en
los partidos de la burguesía y en sus métodos
En un inicio el EZ hablaba de derrocar
al dictador, consigna correcta y progresista en el año del 94;
sin embargo llamaba a los demás poderes de la Unión a tomar
el poder tras la caída de Salinas, nunca se planteó la
formación de un gobierno de los trabajadores, campesinos e indígenas.
A los pocos meses del levantamiento Marcos declaraba que: Los compañeros
han sido claros de que el EZ no busca el poder ¿Por qué nos
quieren hacer partido político si nosotros no queremos poder?
Nosotros queremos vivir en paz, con democracia, libertad y justicia.
En cuanto a los partidos políticos,
decía: Por eso nosotros decimos que no estamos en contra del PRI,
PAN, PRD, PPS, PARM, ni de nadie. Cualquiera de ellos que gane, lo respetamos,
pero para nuestra concepción de democracia, el que sale ganando
es porque te ofreció algo y porque tiene que cumplirlo (Yo, Marcos,
1994, pags. 99-101). Esa declaración tiene lógica, al confiar
en la dirección del sol azteca y llamar a votar por Cárdenas,
automáticamente se tiene que confiar en los métodos de
la burguesía, y si se confía en esos métodos, cualquiera
que gane las elecciones será un gobernador legítimo…y
por supuesto, nadie volvió a hablar de derrocar a nadie.
Bajo la ilusión de la democracia
burguesa, el EZ confiaba que después del derrocamiento del PRI
en las urnas en el año 2000, el conflicto encontraría solución.
Y es así como se aprestaron a realizar una Caravana rumbo al D.F..
En este contexto, Marcos declaraba a La Jornada (30/02/01): se está más
cerca que nunca de alcanzar la paz en Chiapas…la sociedad encontró en
el 2 de julio una forma de actuar…el proceso electoral es una forma
de hacer algo (…) Creo que tendremos éxito en los diálogos
con el gobierno, la guerra llegará a su fin y podremos seguir
con nuestras vidas…" Cinco años después, la
realidad ha demostrado lo contrario.
3. Circunscribir
las demandas de su lucha a la cuestión indígena, abandonando
objetivos como la lucha contra el TLC y por la tierra
La causa primigenia del levantamiento
indígena era la lucha por la tierra arrebatada, era la lucha contra
los grandes latifundios que se habían apropiado de lo que le pertenece
a los pueblos indios. Eran diez demandas que interesaban a todos los
pobres y desvalidos del país, no sólo a los indígenas.
Era también conquistar la "liberación nacional" de
México, como rezan las mismas siglas del EZLN.
La promesa de devolver la tierra a los
campesinos se cambió por la exigencia de una legislación
que garantizaría autonomía a los pueblos y comunidades
indígenas. El EZLN cedió en este punto medular, llegando
así a los Acuerdos de San Andrés y finalmente a la limitadísima
Ley COCOPA.
El EZLN actuó de manera correcta
al obligar al gobierno a sentarse a negociar, sobre todo cuando llegaba
fortalecido por el respaldo de las movilizaciones nacionales e internacionales.
Sin embargo, al ceder en puntos fundamentales, retrocedió un trecho
importante del camino ganado.
Tristemente, las negociaciones con el
gobierno dieron un fruto lastimoso: la ley Cocopa consta de modificaciones
constitucionales que no garantizan tierra a los campesinos, se centra
en una autonomía relativa para las comunidades y no establece
ningún compromiso económico por parte del gobierno que
garantice un mínimo impulso para los más pobres del país,
los pueblos indios. En fin, no se consiguieron recursos y tierra, pero
sí la promesa gubernamental de respetar a la cultura indígena… que
pronto podría morir de hambre.
El TLC no se volvió a mencionar
después de la Primera Declaración. En el rumbo que tomó la
insurrección, el pliego de los zapatistas se fue limitando cada
vez más, hasta quedar reducido a cuestiones locales e indígenas.
Si el EZ hubiera querido dar la lucha contra el nefasto tratado, hubiera
necesitado vincularse a grupos de trabajadores de los tres países
involucrados, es decir, tendría que haber abrazado el internacionalismo
proletario.
Pero Marcos pensaba otra cosa y declaraba
en 1994: Pensamos que tanto el gobierno norteamericano como el pueblo
de los Estados Unidos, tiene que tener claro que en nuestro movimiento
no hay nada que afecte sus intereses(…) el pueblo y el gobierno
norteamericano se van a dar cuenta que nosotros no tenemos nada contra
ellos… (Yo, Marcos, pág. 106)
Tercer
acto: el que está por escribirse después de la Sexta
y La otra campaña…
Al señalar las equivocaciones,
no pretendemos golpes de pecho por parte de la dirección zapatista,
tampoco nos interesa el debate visceral. Hacer un balance de los altibajos
de todos estos años de lucha, como se señaló al
inicio de estos párrafos, es un ejercicio obligado para quienes
pretendemos continuar en la pelea por un mundo más justo.
De los aciertos del EZLN no hay más que decir que el recuerdo de esa
primera mañana del año 1994 ha quedado grabada en la mente de
millones de trabajadores y de marginados y en el corazón de quienes
creemos que un mundo socialista es posible.
Las citas del subcomandante
Marcos han sido tomadas del libro de Durán de Huerta, M. (comp.), Yo, Marcos,
México, Ediciones del Milenio, 1994.
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